Absceso craneal epidural

1. ETIOLOGíA Y PATOGÉNESIS

Son inusuales en la práctica neuroquirúrgica, generalmente son secundarios a osteomielitis o a las implantaciones de un cuerpo extraño como resultado de un trauma. La infección de los senos paranasales, las otitis, las mastoiditis son lugares de origen de infección en niños mayores y adolescentes. Las supuraciones orbitales están también asociadas con el absceso epidural. A diferencia del empiema, el absceso epidural permanece localizado, probablemente porque la dura está fuertemente adherida al cráneo.

La complicación más peligrosa es la diseminación intradural, que está asociada con una significativa morbilidad y mortalidad.

2. BACTERIOLOGíA

El germen más común es el Stafilococus aureus asociado con trauma o asociado a osteomielitis sobre adyacentes. También los estreptococos secundarios a sinusitis, otitis o mastoiditis. Puede haber abscesos estériles. Puede también haber muchos organismos en adicción a los ya mencionados, por lo que se deben considerar en el tratamiento antibióticos de amplio espectro.

3. CLíNICA

La historia pasada del paciente es de suma importancia en la búsqueda del diagnóstico. Es de gran significación la historia de sinusitis, trauma u otitis. Generalmente se quejan de una cefalea obtusa, sea difusa o localizada. Si está asociada a sinusitis paranasal hay un edema persistente periorbital, sea uni o bilateral. El desarrollo de convulsiones, déficit focales y rápido deterioro del sensorio origina la sospecha de un empiema subdural asociado. Un estudio serológico nos mostrará linfocitosis. El LCR generalmente normal. Osteomielitis se presenta particularmente cuando es de larga data (más de 3 semanas), se ven en Rayos X de cráneo simple. La TAC es útil en el diagnóstico dejando de lado los Scaning y/o angiografí­as. Con contraste nos ayuda a demostrar lesiones subdurales o intraparenquimales.

4. TRATAMIENTO

Es quirúrgico. Antes de la cirugí­a se intenta localizar el sitio que originó la infección y ver el tipo del germen causante y se empieza el tratamiento antibiótico preoperatoriamente. No se usan ni anticonvulsivantes ni corticoides.

La extensión de la cirugí­a depende del grado de patologí­a encontrada, luego de una apropiada exposición de la dura se hará una exploración cuidadosa.

Lo más frecuente, luego de la evacuación de la parte lí­quida del absceso epidural, la dura aparece adelgazada y cubierta por un tejido de granulación. Las capas superficiales son removidas con gran cuidado para evitar desgarrar la dura. Todo el material extraño, llámese cera de hueso y agentes hemostáticos quí­micos deben ser también removidos.

Aunque no haya evidencia radiográfica de osteomielitis y el hueso aparezca «sano», éste debe ser bien lavado y remojado en una solución antiséptica (una sustancia yodada es la más usada). El paciente debe permanecer en tratamiento antibiótico por lo menos 6 semanas postoperatoriamente. Los sistemas succión-aspiración con soluciones antibióticas deben ser usados por 3 dí­as postoperatorios.

En aquellos en que se coloca la plaqueta ósea se tomarán rayos X cada 3 meses en un año para evaluar la posibilidad de una osteomielitis. Las craneoplastí­as se harán a los 6 meses a un año postoperatorio.

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